jueves, 9 de septiembre de 2010

Madrugon

De seguro que recuerdas haber salido en altas horas de la noche o en las heladas madrugadas desde tu cama, si! ella se sentó cerca a la cama y me miro, hablo consigo misma en vos alta, se pregunto todo el tiempo si yo la quería.
Por cierto yo no había podido dormir continuaba despierto no me moví ni di señal de vida para no interrumpir su monologo y a la ves para poder saciar la curiosidad de que se traía entre los cesos tal vez a sabiendas de o a ingenuidad de mi sueño lo confeso todo, o simulo decírmelo todo, se que acerco la silla a la cama y puso su rostro justo tras mi oído izquierdo, sentí su aliento correr mi cuello indiscretamente como si me rozara la calma en bruto.
hasta que tu voz así acabo el sueño para despertarme inquieto con frió desubicado y con ganas de tomarte el rostro entre mis manos y darte un beso escurridizo que no me llevara a ningún lado
allí estabas la chica indeleble de mi almohada compañera como esa chica misterio que siempre soné te di un beso en la frente y me fui hasta la cocina.
a falta de mensajes en mi celular debí usar el tuyo, le envié un beso de madrugada a la luna y a victoria tras volver a la cama se ilumino mi amigo mensajero con cartas de adióses y cuentos de nuevos vientos.
a victoria se le perdieron mis manías

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