no es tanto el hecho de enseñarte a odiar si no que aprendas que no tienes necesidad de alguien, es mas yo jamas te odie, simplemente jamas te aprendí a querer. siempre quise ser parte del compás vagabundo de mi cabeza y tu nunca aprendiste a separar esa musiquita de tu cabeza por que te distrajo ese molesto y odioso tarareo del corazón.
yo ya aprendí a separar lo bueno de lo malo, lo inconcluso de las artes, los besos de los abrazos y para terminar decidí que me voy a olvidar de lo suaves que eran tus labios y me voy a quedar con la silueta que quedo después de que te evaporaras dejando esa sombra en la pared que describía el movimiento de tu pelo
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